En nuestra época, allá por la década de los 70, había un nacimiento de agua que estaba fresquísima en verano. Los niños bebíamos allí sin ningún problema. Supongo que el agua sería una filtración de alguno de los pozos que hay por encima, en el Alambique. La verdad es que pasábamos buenas tardes de verano allí, resguardados del calor a la sombra de los árboles y junto al manantial.
Hoy en día, este paraje natural está poblado, sobre todo, por álamos blancos, cañas y zarzas con espinas.
Las Rocas es el paraje que está justo enfrente, al otro lado de la carretera. Es lo que queda de la antigua cañada real de Antequera a su paso por nuestro pueblo (creo). Allí también pasábamos muchas tardes: recorriendo el caminito que las bordeaba (había que tener cuidado porque te podías caer), espiando a los novios que se iban a darse el lote apartados de la gente, o tiranto piedras a los chicos de Los Corrales que venían andando a La Jara a buscar novia (y después dicen que los niños de ahora son malos...).
Las fotos que pongo aquí están sacadas en verano, con lo cual no aparecen ambos parajes muy frondosos, pero sacaré algunas en otra época y las sustituiré. Tiempo al tiempo...